domingo, 26 de abril de 2009

EL LAPSUS DEL REY


Un año más la ceremonia del Cervantes estuvo llena de anécdotas. He aquí una breve antología de las ‘perlas’ que dio de sí el evento.
“Se ve que...”
El Rey protagonizó el lapsus más divertido al saltarse el turno de discursos y tomar la palabra antes que la ministra. Un asistente le sacó del error cuando ya atacaba las primeras líneas del parlamento. Haciendo un gesto con la boca, y algo ruborizado, trató de pronunciar algo así como una disculpa: “Se ve que...”
Truenos en la cátedra. La lectura del discurso de Marsé estuvo acompasada por el ruido tronante del paso de los folios. Y es que éstos rozaban sobre el micro provocando un ruido de lo más molesto al que el escritor parecía completamente ajeno.
Fuente Diario de Alcala

Macero indispuesto
Uno de los dos maceros situados bajo la cátedra del Paraninfo sufrió una indisposición en mitad de la lectura de Marsé. El calor de los focos, el pesado traje y tantas horas de pie hicieron mella en el hombre, que tuvo que abandonar la sala con la cara bañada en sudor.
¿Y esos payasos?
Antes de la salida de las autoridades de la Cisneriana llegaba a la plaza, como cada año, la tuna. Algún estudiante extranjero se quedó un poco descolocado al ver a un grupo de hombres vestidos de una manera tan singular. “¿Eso son payasos?", preguntó con cara de asombro un joven que no entendía qué tenía que ver el circo con el Premio Cervantes. Ya le explicaron después qué es la tuna, que ese es su traje típico y que estaban allí ara cantarle a la reina.
“¡Tía buena!”
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no se podrá quejar del trato recibido de los vecinos de Alcalá. “¡Tía buena! ¡Maciza!", gritó alguien a la salida de Aguirre de la Universidad Cisneriana. Y otro vecino recordó que ya el año pasado los mayores piropos se los llevó el rey. “Una chica le llamó el año pasado guapo y tío bueno. Alguien le dijo que no le gritara esas cosas, pero dijo que era su rey y que le decía lo que quería", contaba el vecino a un compañero.
A una melena pegada
Muchos vecinos siguieron la ceremonia desde la pantalla situada a la entrada del Rectorado. Y a algunos las dudas les asaltaron cuando le llegó el turno de pronunciar su discurso a González-Sinde. “Y esa que está hablando, ¿quién es?", preguntaban unas vecinas; bien por la novedad, o porque mientras hablaba el pelo le tapaba la mitad de la cara. “Es que sólo se le ve la melena".
Sonsoles Espinosa, la ‘primera dama’ y amante de los complementos
Si algo dio que hablar ayer, fue el colgante elegido por Sonsoles Espinosa, esposa del presiente del Gobierno, para la ocasión. Una vez más, mantuvo su estilo sobrio característico escogiendo un conjunto en color oscuro y sin estampados. El toque de color lo pondría un enorme colgante en forma de luna que cubría su escote y llamó al atención, incluso, del propio Rey.

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